Hay muchas buenas razones para vivir el
momento presente
Todos tenemos el deseo de vivir el momento
presente, porque tenemos recuerdos de los momentos en la vida en que vivimos el
presente intensamente, como cuando nos enamoramos, o al dar a luz.
Es posible redescubrir ese sentimiento otra vez – por ejemplo, lo
sentimos cuando paseamos por el bosque y nos damos cuenta de repente de que hay algo más, algo diferente. Al
alcanzar este estado mental, volvemos a nuestra esencia de nuevo.
Nos cuesta
tanto vivir el momento también por motivos biológicos. Tenemos un cerebro
neolítico controlado por los impulsos de “escapar, luchar o paralizarnos” – y
esta parte tan antigua de nuestro cerebro aún está activa. Estamos diseñados
para estar atentos constantemente para evitar ser devorados.
A través de
la técnica Mindfulness, entrenamos a nuestro cerebro a enfrentarse a la
situación presente sin escapar, sin huir. Esto sucede sobre todo cuando la
actividad cerebral se traslada del lóbulo frontal derecho al izquierdo, que
tiene que ver con la creatividad, la paz y la felicidad.
Otro motivo
por el que hemos perdido la capacidad de escuchar a nuestras señales, a nuestro
propio cuerpo, es que seguimos una serie de reglas impuestas por el mundo
exterior, por ejemplo en torno a nuestra salud. Escuchamos constantemente los
consejos de otros sobre cómo vivir, dormir y comer, en lugar de escuchar lo que
nuestro cuerpo nos dice realmente. Hemos llegado a creer que nuestros recursos,
sabiduría e inteligencia están fuera de nosotros, pero esto se aleja mucho de
la realidad.
Cuando no
estamos presentes en el momento, nuestras relaciones están controladas por
nuestras expectativas, en lugar de abordar lo que realmente es. Una relación de
dos personas que no están presentes es como dos aspiradoras enfrentadas: cada
una intenta llenar suvacío, con lo que ambas se están chupando la energía y
acaban exhaustas.
Cuando
estamos presentes en el ahora, nos percibimos mejor a nosotros mismos, con lo
que podemos tomar responsabilidad por nuestros propios sentimientos en lugar de
echar la culpa a otro. Al soltar los juicios y las expectativas, se abren un
montón de posibilidades nuevas. Esto también es aplicable al aspecto erótico de
una relación, en la que los hábitos y las rutinas pueden romperse a favor de
una manera más explorativa de descubrirse el uno al otro.
La técnica
Mindfulness es un entrenamiento de la consciencia, pero también supone
ejercitar la habilidad de soltar el control mental habitual, para estar
sencillamente con lo que es. Estás entrenando a tu cerebro y por tanto
abriéndote a una mayor creatividad. Al mismo tiempo, estás desarrollando
confianza en tu sabiduría interior, permitiéndote pensar con mayor amplitud de
miras. Esto nos da acceso a muchos recursos y automáticamente surgen de nuestro
interior nuevas formas de creatividad.
Para mí,
esta técnica ha puesto a mi disposición un contacto con mi ser interno. Soy
humano y me influye lo que pasa en la vida, pero mi felicidad ya no depende de
circunstancias externas. Puedo describirlo como un sentimiento de que la vida
está de mi parte, aun en medio de la adversidad o de las crisis. La práctica
del Mindfulness me da una profunda paz interior y sensación de conexión.
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