La meditación, o atención consciente, es un proceso mental que consiste en enfocar la atención.
Aunque hay muchos estilos de meditación, se distinguen dos enfoques
principales: la meditación que tiene un objetivo específico y la
meditación que carece de él. La segunda clase de meditación es la
atención consciente pura, que no guarda relación alguna con una
sensación, idea o fenómeno en particular, esta es la Meditación ZEN. Los
principiantes suelen considerar que esta clase de meditación es muy
difícil y la recomendación es que se comience con la meditación dirigida
a un objeto específico. Para ello, puede centrar la atención en lo siguiente:- Una sensación corporal, como la respiración.
- Una parte del cuerpo, como alguno de los siete chakras o centros de energía (que son la parte sutil de las siete glándulas endocrinales mas importantes de nuestro organismo físico)
- Una acción o proceso, como comer, caminar o fregar los platos.
- Un objeto físico, como la llama de una vela.
- Un mantra (ya sea un único sonido, una serie de sonidos o un cántico).
- Un pensamiento, como la idea de la paz, la alegría, el amor o la compasión.
Practique la meditación con todos estos objetos hasta que descubra cuál es el que mejor le funciona.
Considere la meditación como un árbol que debe regar todos los días: no puede dejarlo sin agua, pero tampoco debe ahogarlo con demasiada agua. Confíe en que algún día sus cuidados harán que el árbol florezca y produzca frutos.
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